jueves, 13 de febrero de 2014

Capitulo 149

Veo caer las gotas de lluvia, al final comparto sentimiento con algo, me sentía acompañada como si yo fuera otra nube que dejaba caer sus lagrimas solo que en otro lugar, en un cuerpo. Ya no me quedaban esperanzas, en fin yo le había dicho a Pedro que lo que quería era que se aparte de mi vida pero no lo dije de verdad, solo fue un acto fallido, algo que no pude impedir por culpa de mi dolor.
Mis ojos ya no daban mas, sentía ardor y dolor a la vez, necesitaba dormirme pero la necesidad de saber como iba el casamiento era mucho mas fuerte, creo que hasta que no me llegue un mensaje que me digan que ya todo concluyo iba a seguir así como ahora. Fui al baño y al abrir la canilla moje mis manos para luego mojarme la cara, en el espejo pude notar la hinchazón de mis ojos, intente mojarmelos a ver si podía disimular un poco o reducir la hinchazón pero creo que es imposible, eso no se puede. En este momento deseaba mas que nada estar con mis hijos y abrazarlos, al estar sola no tengo nadie para consolarme, ni siquiera ellos para distraerme un poco. 
La tormenta cada vez era mas fuerte, me acerque a la ventana del comedor y la cerré para que no se moje nada adentro, miro a través de ella. Es raro pero amo las tormentas, aunque tampoco tan fuertes.

Después de una hora sentí que alguien golpeaba mi puerta, seguramente era algún vecino para pedirme algo, no me importaba mi aspecto, la verdad me siento fatal como para arreglarme un poco, tapar mis ojeras, peinarme y intentar disimular mis ojos hinchados. Agarre la llave que había dejado sobre la mesa y abrí la puerta.

-¿Qué haces acá? -dije al ver a Pedro del otro lado de la puerta. Seguramente el casamiento ya había terminado y el de pasada paso por acá, capaz un poco enojado al no verme en la iglesia, por como es él seguro venia a reprocharme algo de eso. O a arreglar que días Sol y Lauti iban a estar con él, digamos que tenia todo el derecho del mundo, también son sus hijos y ellos necesitan tiempo con su padre.
-Vine a hablar -sin emitir ninguna palabra me hice a un costado para que pueda pasar y después cerré la puerta. Él ya se había sentado en una de las sillas de la cocina, yo me senté enfrente de él y apoye las llaves en la mesa.
-¿Me vas a reprochar el no haber asistido a tu casamiento? -negó con su cabeza, si no era por eso seguro es por lo de nuestros hijos- ¿hablar de que días Sol y Lauti van a estar con vos? -volvió a negar con su cabeza- ¿y entonces?
-Quiero hablar.
-¿No te parece un poco inadecuado hablar ahora? deberías estar yendo al salón.
-No, todavía no fui a la iglesia. Hable con mi papá y me dijo que no habías ido, le dije que avise que iba a llegar mas tarde por el trafico así puedo hablar con vos, sabia que estabas mal y ahora al verte puedo comprobarlo.
-¿Hablar? Pedro, no hay de que hablar.
-Sabes que si, la otra vez no me sirvió, vos estabas muy alterada, no pude hablar como en serio quería. Ahora necesito que hablemos, tranquilos. Es lo que necesito antes de dar un paso tan importante en mi vida.

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