Capitulo 102

Lo mire raro, me pare y fui directo al baño sin responderle, el me siguió y se quedo en la puerta, golpeándola y llamándome, luego de unos minutos salí y sin mirarlo volví a sentarme.

Pedro:Me vas a contestar?

Pau:Que cosa?

Pedro:Te pregunte si te pasaba algo?

Pau:Que me va a pasar?

Pedro:Y no se.. si vos no sabes.

Pau:No me pasa nada nene, acaso desconfías de mi?

Pedro:Eh? Yo no dije eso, estas rara nada mas y pienso que te pasa algo, no se capaz estas enojada.

Pau:Y si estoy enojada que? Estoy trabajando y vos me interrumpís.

Pedro:Perdón, estabas tan ocupada para no hablar conmigo? Esta bien, tenes unas ganas de pelear.

Pau:Que? Para.. no digas algo que no sabes, no tengo ganas de pelear.

Pedro:Bueno, parece -se acerco a la puerta- yo vine para estar un ratito mas juntos pero parece que no se puede.

Pau:Tenes razón, en otro momento sera.

Y no podía ser mas estúpida, no? Tenia el don de embarrar todo ¿por que le había contestado así? Él se fue y al parecer enojado, por una pavada.

Cero ganas de seguir en la empresa ¿por que estaba acá si no iba a seguir trabajando por hoy? Decidí agarrar mis cosas, apagar la computadora e irme, quería descansar un poco, aunque no había hecho mucho, adelante muy pocas cosas del trabajo, así que mañana iba a venir un poco mas temprano para poder adelantar algo mas y no quedar muy atrasada.

Me subí al auto, deje mis cosas en el asiento de al lado y arranque. Podía decir que no iba muy concentrada manejando y de pedo no choque, cruce un semáforo en rojo y casi choco con un colectivo que venia bastante rápido. Tenia que ser mas cuidadosa, tenia que dejar de pensar en lo que me des concentraba, mi mente solamente en este momento, sin otros pensamientos.

Llegue a mi departamento, deje todo sobre la mesa y fui directo a mi cama. Mis ojos se cerraban solos, no aguantaba mas, además me dolía todo, no había tenido un buen día. Me puse el pijama y me acosté, no se si de verdad paso este tiempo pero creo que no tarde mas de cinco minutos en dormirme.

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A veces era tan orgullosa, tan terca. Me costaba entender como en dos segundos paso de estar mimosa a así como estaba, tenia ganas de pelear y creo que lo mejor que hice fue irme, sino no se como íbamos a terminar.

Estaba en mi oficina, pero no podía concentrarme, miraba fijamente la puerta “dale amor, entra” me decía a mi mismo, pero cada vez las esperanzas iban desapareciendo hasta que paso una hora y decidí ir a su oficina.

Toque unas cuantas veces la puerta pero no contestaba así que entre. Vacía. Me fije si al menos había dejado la compu como signo de que iba a volver pero no, no había dejado nada. Y ahora ¿donde estaba? Empecé a preocuparme, se que ella sabe muy bien lo que hace pero por lo que la vi no estaba muy bien estas ultimas horas, había notado en sus ojos algo raro, como que había llorado.

Agarre mi celular y marque su numero pero no me contesto. Una, dos, tres, cuatro, cinco veces la llame pero nunca contesto, estaba tranquilo pero a la vez preocupado pero todavía no podía irme de acá, aunque pensándolo bien por la hora que es, en media hora podría irme.

CONTINUARA

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